miércoles 12 de marzo de 2008
La comunicación
A otra cosa. Han pasado las elecciones. Ahora toca seguir trabajando sin olvidarnos de intentar ser un poquito felices.
Llevaba tiempo queriendo plantearos un tema. La comunicación hoy. Hace ya unos años tuvimos una reunión algunos consejeros de Sanidad. Llegamos a una conclusión. Se podía gastar todo el dinero que tuviéramos en publicidad de la vacunación contra la gripe, por ejemplo. Pero nada sería comparable con que en Los Serrano, Los Hombres de Paco... o en cualquiera de las series de ficción salieran los protagonistas vacunándose en un Centro de Salud. Meter los mensajes en relatos de la vida diaria.
Os pido que reflexionemos sobre las nuevas maneras de entender la comunicación y la publicidad.
Mis hijos ven la tele de manera muy seleccionada. Van a tiro hecho. Eso de sentarse ante la tele en familia cada día a una hora para ver lo que haya se acabó. Esta generación que me gusta tanto, va más a lo práctico, y mientras nosotros estamos haciendo lo que hemos hecho toda la vida, ellos los lunes ven una serie con nosotros, los martes se quedan en el messenger, los miércoles ven la tele en internet, los jueves no ven nada...
Un abrazote
Guillermo
-
Hola amigos y amigas.
Nuca hemos estado tan cerca unos de otros y a la vez tan lejos. Me explico vivimos con todos los medios a nuestro alcance para estar comunicado y a la vez estamos más distantes unos de otros.
No comparto la comunicación de la series que nombras, pues como dice Javier Caso, eso no es comunicación es información, la empatía no entra en juego, y es fundamental en todo tipo de comunicación. Por tanto, no confundir comunicación con información. Para que exista una verdadera comunicación se debe dar un verdadero contacto entra las personas que intervienen, la interacción es necesaria.
Transmitir miradas, sentimientos, gestos, palabras, son fundamento claro de una buena comunicación.
Hoy se transmite mucha información por muchos y variados medios, que te hace ser un poco "borrego", y que no te da opción a razonar, a contrastar, analizar... Esto es el verdadero existo de la publicidad y de esas series que muy bien saben introducirlo.
Hoy más que nunca, existe necesidad de comunicación, miren las consultas terapéuticas.
Los seres humanos somos seres sociales. Nos realizamos en relación con los demás, vivimos en sociedades complejas, pertenecemos a múltiples grupos (familia, amigos, trabajo...), influimos en otros y somos influidos por otros; por eso la comunicación es un elemento esencial para el desarrollo y la convivencia de una sociedad.
Un Saludo desde Pescueza.
José Vicente Granado
-
Sr. Presidente, me alegro de haber interpretado bien las ideas de “amigo de la dialéctica” (día 14, a las 10:48). Para eso estamos, para perfilar un escenario de comunicación, este blog. Veamos.
Un concepto clave, la empatía, aportado por José Vicente Pescueza (día 13, a las 22:15), y señalado también por “amigo de la dialéctica”. Usémoslo.
La comunicación política elabora narrativas para conseguir la empatía con el votante (el carisma sería la empatía espontánea del candidato con el elector. El flechazo entre hombre y mujer sería la empatía eléctrica con vistas a la reproducción)
La comunicación, la política. Primero la de la derecha: ésta recurre a una narración basada en la empatía negativa (extender la desconfianza, el miedo). Métodos:
- El deslumbrón de los sentidos (antorchas de los desfiles nazis, fila de obispos en las manifestaciones promovidas por la Conferencia Episcopal).
- El retorcimiento de la lógica (la teoría de la conspiración del 11-M = La policía permite el crimen para favorecer a ZP).
- La mentira (Toda la información sobre el Prestige montada por Rajoy, o Anasagasti diciendo que estamos a sueldo del presupuesto extremeño, los negros).
- Y el rechazo (los inmigrantes te van a dejar sin trabajo, y traen enfermedades; para ser como nosotros tienes que hablar catalán).
La incapacidad de la derecha para hablar con empatía positiva ya se vio en el cuento de la “niña de Rajoy”. Sin miedo no vende.
La narrativa de la izquierda (la que hay, la de Caldera) se basa en la empatía positiva: el esfuerzo para ser todos iguales (todos trabajan y aportan, vivan donde vivan, y los ricos más, vivan donde vivan, para el cuidado de todos los viejos, vivan donde vivan). La de ZP prefiero no conocerla.
Sr. Presidente, dice Ud. en un comentario (Guillermo, día 14, a las 16:46) que lo positivo no se aprecia. Cierto. El lenguaje del miedo dirá: “la banda ancha para los pederastas y para los bancos, bien, y nosotros ¿Cómo la comemos?”.
Un líder (con algo más de carisma que el de Badajoz, a juzgar por los comentarios) contesta en positivo, por ejemplo: “Sirve para crear redes de “Comercialización Cooperativa de Alimentos” (no sé si el ejemplo es apropiado, en Galicia irían bien) para que los campesinos vendan directamente a las amas de casa de las ciudades alimentos buenos, bonitos y baratos, sin carrefoures intermediarios.
Soluciones con final feliz, al estilo de la narrativa de Hollywood, para conjurar la empatía negativa, lo más contagioso que hay.
Un saludo a todos
Sr. Presidente, una gran poeta gallega, Luisa Castro, decía que en una tertulia a la que asistió, una persona muy conocida se quejaba de que la gente le daba la misma importancia a una opinión suya (de un intelectual famoso) que a la de un ama de casa. Luisa confesaba que ese comentario le había alegrado el día.
Insertar un mensaje en una narración le da una fuerza de convencimiento enorme. Si una idea es transportada en el diálogo de un Serrano, se consigue que la argumentación de esa frase convenza a cientos de miles de racionalistas. Y los gestos de la cara, a otros cientos de miles de visuales. Y la entonación de la voz, a otros tantos auditivos. Y la situación dramática, a los sentimentales. Y todo a la vez, a millones de personas sentadas pasivamente frente al televisor.
Un artista intuitivo “seduce” a la audiencia con una narración, o un político con un proyecto (la de los Serrano, Caperucita, o el de Suárez, Felipe González, o los desfiles nazis de Nurenberg), porque la narración aplasta las defensas, la crítica, el “no me gusta su mirada”, el “tiene una voz falsa”, o el “se está contradiciendo”.
Hay que hacerlo bien. Si lo hace alguien que no es precisamente un seductor pasa lo que pasa. Por ejemplo, a Rajoy y su narración de la “niña pija”. Ojos desbarrantes, entonación azeteada, sentimientos mezquinos, todo alertando al cerebro “¡¡Pero este tío de que va!!”. En fin…
La narración televisiva arrasó con todo (con la vida social y la conversación familiar). Desde el año 2000, más o menos, la tecnología nos va permitiendo elegir entre distintos medios, los pasivos (Tv y radio por ondas) y los activos (voz de bolsillo con el móvil, Tv y radio e información por Internet; música en MP3). Si elegimos el medio, elegimos el mensaje. Elegimos. Otro mundo.
La tecnología nos hace libres, y a los jóvenes más, porque son quiénes más la utilizan. Y a las amas de casa, que prefieren creer a otra ama de casa que habla de lo que sabe, antes que a un intelectual creidillo. Porque también eligen.
Los jóvenes eligen ver dos o tres programas de televisión. El resto de la familia traga con todo. Después hablan con los amigos por el móvil. Más tarde, eligen escuchar el tipo de música que quieran, cuando quieran, y no cuando lo digan los 40 Principales. Y en Internet crean su propia narración. La libertad de expresión.
Son más libres (somos). Es para alegrarse, sr. Presidente, como Luisa Castro.
Un saludo a todos
Antes de nada, Guillermo, hay que decir que el ejemplo que pones, más que la comunicación es el canal de transmisión, incluso yo diría un subcanal dentro de un canal que es el audiovisual. (...)
La comunicación verbal a su vez tiene tantos subgrupos como canales perceptores tenemos (visual, auditivo, cinestesico), por lo tanto, si una persona quiere comunicar con un auditorio debe manejar los tres tipos de comunicación: el visual, auditivo y el cinestesico. Dicho de otra forma, tenemos que hablar en el "lenguaje" de los oyentes.
Ocurre a menudo a los niños que con un determinado profesor se entera muy bien en la asignatura y cuando cambia de profesor se encuentran perdidos, coincidiendo que con este nuevo profesor se le da estupendamente a otros compañeros. ¿Por qué ocurre esto? Pues esto ocurre por que todos tenemos un canal dominante y ello se manifiesta en nuestro lenguaje. Por ejemplo: Hay personas visuales a las que hay que hacerle referencia a ese canal para que nos entiendan mejor, hay que decirl "lo ves claro". A las personas auditivas hay que decirles "como lo hoyes, como te suena" y así... con cada canal. (...)
Pero todavía hay que dominar la comunicacion no verbal, que representa casi el 90% de nuestra comunicación. Aquí tendríamos lo que comunicamos de manera consciente y lo que comunicamos de manera insconsciente. Lo mejor de la comunicación no verbal es que la percibimos de una manera inconsciente y además no tiene nada que ver ni el lenguaje ni el nivel cultural de la persona receptora. (...)
Un saludo y mucha suerte
Sebastian