domingo 7 de marzo de 2010
El agua, el sol y la tierra
En los últimos meses se ha escrito mucho sobre la crisis, sus consecuencias y sus posibles soluciones, sobre la composición de la economía y sobre su descomposición. Muchos son los que comienzan a ver en los recursos naturales una fuente estable de riqueza no sujeta a los vaivenes especulativos. Se llama agua, se llama sol, se llama dehesa, se llama territorio.Casi uno de cada tres hectómetros cúbicos embalsados en España ahora mismo lo están en Extremadura. El 40% de la energía termosolar se va a producir en Extremadura. El 33% del territorio es patrimonio especial y protegido. No sé si es economía nueva o nueva economía, pero es un tiempo nuevo. El reto es que todo eso se transforme en empleo. Pero tenemos el reto por delante. Otros tienen problemas como los tenemos nosotros, pero sin reto. Bueno sí, con uno, que vuelva el milagro español.
Buena semana amigos y amigas.
Un abrazote
Guillermo
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Sr. Presidente, ¿de quién es el sol y el viento? ¿De Iberdrola? ¿De la gente?
La electricidad a pie de presa hidroeléctrica es baratísima. Una tarifa industrial que respetase ese hecho físico y económico, permitiría instalar en la cercanía de las grandes presas, muchas industrias. No tendrían que deslocalizarse. La energía barata es un maná. Pues no.
Los gallegos que viven al lado de esas presas, seguirán sufriendo todos los inconvenientes, y ninguna de sus ventajas. Porque el agua es de las eléctricas. No de los gallegos de la ribera.
¿Nos quedaremos sin la energía del viento, del sol... como nos quedamos sin la del agua?
Según quién sea su propietario... los beneficios irán a los consejos de administración... o directamente a los ciudadanos (organizados en cooperativas solares, por ejemplo).
Cuando los habitantes de un valle puedan montar una cooperativa para explotar una central solar, y reciban créditos en función de la energía que puedan captar. El aval sería esa misma energía. El crédito es al sol. Que siempre cumple.
Cuando los habitantes, por ejemplo, de Móstoles, puedan montar la suya. Con todos los que vivan en edificios capaces de sostener un número acordado de placas solares.
Buscarían un socio tecnológico, y una ingeniería para su construcción. Estarían muy interesados en la modernización de los paneles, porque se beneficiarían inmediatamente de cualquier aumento de producción. Financiarían proyectos de investigación.
La industria solar debe generar electricidad... y clase media. No dividendos para los multimillonarios.
¿De quiénes serán los olivos? ¿De Iberdrola? ¿De los extremeños?
Un saludo - 9 de marzo de 2010 21:52
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