18/9/10

La transparencia en la administración, en la política

martes 14 de septiembre de 2010

Transparencia

En el discurso institucional del Día de Extremadura reflexioné sobre las relaciones entre la política y la ciudadanía. Lo hice sobre la base de las últimas encuestas del CIS que sitúan a la política y a los políticos como una de las principales preocupaciones de los ciudadanos. Frente a eso caben varias reacciones. Negarlo, y es un error negar la evidencia. Culpar a los mensajeros, y es otro error. O reconocer el problema y tomar medidas.

Debemos iniciar una etapa de nuevos avances en lo que significa gobernar con los ciudadanos y no solamente para los ciudadanos, y no tan solo con sus representantes. Y eso pasa por mejorar la información y la transparencia.

En unos meses publicaremos todos los contratos que hace la Junta de Extremadura, los que se someten a licitación pública que ya se publican, los negociados y los menores.

Es imprescindible que cualquier ciudadano pueda saber a quien se le adjudican los contratos y la cuantía de los mismos. A más transparencia, mayor confianza. Y lo vamos a aprobar en una Ley, para que sea de obligado cumplimiento y de difícil marcha atrás.

Un abrazote

Guillermo


Raimundo dijo...

Sr. Presidente, no es una cuestión de tranparencia... ¡es de confianza!

Ya no confiamos en las élites de la transición, las del tándem político-banquero, las del ladrillo.

La tranparencia... bien... Obama en eso es un campeón (ver ejemplos) ... pero ¿de qué le sirve mientras no confíen en él la enorme masa de ciudadanos en paro?

Es imprescindible, y sola es insuficiente. Tiene que ser un medio para que no nos sigan arruinando los del tándem.

Y sólo hay uno... quitarles la llave de (todos) los presupuestos públicos.

Elaborándolos mediante el voto directo de los ciudadanos (ver aquí) . También los de la Obra Social de las Cajas de Ahorros.

Y puestos... ¿por qué limitarse a la elaboración y control de las cuentas? ¿Por qué no pasar a la elaboración participativa de las estrategias comerciales o industriales? ¿Por qué no pasar a la innovación participativa?

Los campesinos de un valle son quiénes mejor conocen sus problemas, ¿por qué no hacer un concurso de ideas para ese valle? Elegirían las más viables para sus recursos, y las pondrían en práctica con asesoramiento (y financiación) autonómica.

Los pequeños comerciantes de las ciudades escogerían las ideas más apropiadas para su caso.

Si el dinero va a las ideas que quiere la gente... y no al ladrillo, volveríamos a confiar... en nosotros mismos. De lo que se trata.

Un saludo a todos.

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