12/1/10

La edición digital, la que le dará de comer a los autores...

sábado 9 de enero de 2010

Las descargas

Anoche mientras volvía de Madrid del acto de inicio oficial de la presidencia española de la UE intenté escuchar casi todas las tertulias de las distintas emisoras. Tenía interés en saber qué se opinaba sobre el anteproyecto de ley aprobado por el Gobierno en la mañana de ayer y que llegará a las Cortes Generales, sobre el llamado plan antipirateria en la red. Había unanimidad en que no hay unanimidad.
Para el que no lo haya hecho, le ánimo a leer los artículos que, sobre este tema, han escrito en EL PAÍS esta semana Juan Carlos Rodríguez Ibarra y la contestación airada y de bastante mal gusto en las formas de Antonio Muñoz Molina. Debería saber este último que Juan Carlos desde que dejó la política ha cobrado únicamente de la Universidad por su trabajo.
La realidad es que tenemos debate abierto. Y si internet ha revolucionado la manera en que un médico ejerce su profesión, la manera de enseñar o de aprender, los medios de información y comunicación, afecta también a la creación. La extraterritorialidad de Internet sitúa al mundo ante un reto. Para hablar de este tema hace años tendría que quedar con unos amigos dentro de un rato. Hoy lo hacemos en esta Plaza. Es un debate lleno de matices. No creo que el tema esté solamente en la manera de acceder a lo creado, sino en lo que se considera creación en este nuevo ámbito de relacionarse. Nadie duda que la creación debe ser retribuida para que haya gente que se dedique a ello. La cuestión está en el cómo. Y no puede ser igual porque casi nada es igual. Estos debates no son malos para lo que se nos viene con toda seguridad encima. Sin dogmatismos, con mentes abiertas, intentando que la cultura llegue al máximo de gente posible. Esta sociedad necesita cultura y precisa de la cultura. Cuando apostamos aquí por los entornos abiertos como vía de accesibilidad universal se nos hizo frente. Y fueron matizando sus posiciones luego. Hoy se ofrece por muchos lo que hace años se negaba. Esto no ha hecho más que empezar...
Buena semana amigos y amigas
Guillermo
Raimundo dijo...

Sr. Presidente, un cómo, el antiguo, el del papel, el de la deforestación, el del trabajo en precario....

Un escritor escribe un libro. Un editor lo edita, llevándose un gran porcentaje de los beneficios. Queda poco para el autor. Asi que necesita grandes tiradas para vivir bien. Solamente los autores muy conocidos lo consiguen. La imprenta lo imprime. La librería lo vende. Los ejemplares no vendidos, grandes cantidades... se almacenan, se destruyen.

El cómo pirata. Alguien escanea ese libro. Lo cuelga en una página web. Lo vende directamente, a precio muy inferior... o lo ofrece gratis, y se lucra con el tráfico. Ningún autor puede vivir de su trabajo. Ni conocido, ni desconocido.

El cómo digital. Un escritor acaba su libro. Lo cuelga en la página de una editora digital bajo demanda (del ministerio, de una cooperativa de autores, de un editor, de la SGAE, de profesores, etc...). El 50% de los beneficios (como mínimo)... para él. Vende ejemplares, bien en formato digital, bien en papel... en librerías, bibliotecas, ateneos, escuelas o universidades dotadas con imprentas digitales.

Con un porcentaje alto sobre los beneficios, incluso con tiradas pequeñas, muchísimos autores podrían vivir de su obra. Hasta los poetas. Se expandiría un trabajo altamente cualificado.

Las libreria le diría adiós a los grandes locales, almacenes, o atender las devoluciones... sólo una impresora digital.

Un lector, un libro... sin deforestación.

Ya es posible. Pero el dinero necesario para poner en marcha este cambio en el modo de producción del conocimiento... se lo han llevado, ¡sabe dios a dónde!... los del ladrillo. Los que están volviendo, y no se fueron.

Así que la mayoría de los autores seguirán sin poder vivir de su trabajo. Deforestando...

Un saludo.

imanol dijo...

Quiero empezar haciendo una mención especial a mis amigos de la SGAE. Es tan descarado y abusivo el afán recaudatorio y el "poder" que como adalides de los artistas y creadores ejercen, que francamente, no entiendo como a día de hoy aun el gobierno no ha tomado ninguna medida al respecto.

Una idea, "de gratis para Uds." (si hace falta se lo hago por escrito), desarrollen un software que lea todo el contenido escrito en internet y que al ver que tres o mas palabras consecutivas coincidan con cualquier poema, canción, novela, pintada en la puerta del baño de un bar, escrito en papel higiénico... acosen al susodicho delincuente con una sanción económica ejemplar.

Dicho lo cual...

Internet es uno de esos avances tecnológico/sociales con el suficiente peso especifico como para cambiar la manera en la que habitualmente concebimos las cosas.

Hoy en día podemos promocionar productos realizando marketing viral, movilizar gente mediante redes sociales, comunicarnos en foros, enviar emails, subscribirnos a boletines...

El problema de los contenidos digitales en la red pasa por un cambio de concepto en la forma de comercializar y difundir dicho material.

No hace falta mirar muy atrás para que nos pareciera impensable comprar online una canción concreta de un disco que previamente hemos podido escuchar, cosa mas que rentable y natural hoy en día gracias a iTunes de Apple, o Spotify, que gratuitamente nos deja escuchar música a cambio de publicidad brindándonos también la posibilidad de acceder a las millones de canciones de que disponen mediante suscripción mensual tanto en nuestro pc como en nuestro dispositivo móvil...

Casos de éxito también son los sistemas de suscripción para imágenes, los cuales proliferan en la red, pudiendo usarlas por precios desde 1€.

Y no hace falta ser adivino para ver la que se nos avecina con los ebooks... disponer de un lector de libros electrónicos cuya tecnología y bondades, que no voy a describir ahora, nos permite almacenar miles de libros o simplemente descargar online el día 1 de clase todo el contenido lectivo del curso para un niño/a de la ESO...

¿Que nos impide que todas estas tecnologías funcionen, los consumidores dispongamos de ellas a un módico precio y las personas que generan o crean en general, ganen dinero?

La respuesta es simple... cambiar el chip... usar formulas que nos permitan vender mas a menor precio para evitar la piratería y buscar en Internet y todo lo que nos ofrece un aliado... y pongo un ejemplo... ¿Alguien ve alguna lógica en que, por ejemplo, una librería digital, que no paga un alquiler para su establecimiento, ni tiene gastos de personal, etc... cobre por la descarga de un libro 19€ en lugar de 21€ que puede costar la edición impresa? Osea, aparte del ahorro en costes que tiene al no tener un negocio físico, le sumas que el consumidor se baja un "Pdf", que no ha requerido ser impreso ni nada... ¿y tiene un ahorro de 2€?... ahí esta el quid de la cuestión...

Para acabar... y seguir ahondando y fomentando ese "cambio" en la mentalidad del creador de contenidos...

Facilitar el uso y difusión de nuestras obras consigue que aumente nuestro prestigio y fama, uno de los pilares fundamentales en los que debería basarse nuestra creatividad. Y al igual que un cantante quiere que sus música suene en todas partes porque así conseguirá llenar sus conciertos... detrás de una creación original existe un alama creativa a la que acudir en caso de necesidad...

Ciao.

Hitos dijo...

Los chavales ya no bajan tantas cosas de internet; escuchan música online, ven pelis online. Van un paso por delante.

No sólo los chavales, yo ya dejo libre a mi disco duro (que es una mierdecilla y no lo quiero agobiar con más cosas)

Una cosa, ¿si escucho la canción del pollo frito tengo que pagar impuestos pero si uso fórmulas matemáticas no? ¿es más creativa una canción que la teoría de la relatividad?

lucas dijo...

Estimado Presidente, estoy bastante de acuerdo con su reflexión, habrá que encontrar un modo de que los creadores se puedan ganar la vida, pero sin ponerle puertas al campo.

El problema, segun veo yo, viene cuando esa magnifica Europa que con frecuencia nos venden, se pone al servicio de las multinacionales y dista mucho de ser construida democraticamente. Todo esto nos viene desde Europa, con la directiva Telecom. Y los politicos que allí votaron una cosa, vienen aquí e intentan hacernos creer otra.

Yo en mis ratos libres invento algunas cosas y por tanto, estoy bastante puesto en el tema de patentes. Despues de varios años y de pagar alguna patente, me he dado cuenta de que las patente son un maravilloso instrumento para las grandes multinacionales, con sus grandes bufetes de abogados y a la vez son algo realmente inutil para el inventor particular.

En mi opinión tengo muy claro que las patentes frenan el desarrollo y el ingenio y no benefician en nada a la gente. Como ejemplo le diré que la revolución industrial comenzó realmente cuando termino la patente de la maquina de vapor. Fue entonces cuando se perfeccionó y se puso en funcionamiento.

Perdon por el tocho.

Saludos.

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