Sábado 31 de mayo de 2008
Va por ti ABUELA y por ti ABUELO
A los pocos días de resultar elegido Presidente de la Comunidad Autónoma de Extremadura, un periodista me hacía una pregunta. ¿Qué le da más miedo, una huelga de docentes o de médicos? Tras pensarlo unos segundos le contesté que una huelga de docentes o de médicos podía producirme, y lo hace, respeto y preocupación, es un derecho, pero no miedo. Que la única huelga que me produciría miedo sería una de abuelos, porque se pararía el país. Era una manera gráfica de exponer la importancia que las abuelas y los abuelos tienen hoy en la sociedad. De jubilados pasivos cada vez menos. Son imprescindibles para que muchas familias puedan tirar hacia delante en su organización con los hijos. Basta ir el lunes a la entrada y salida de cualquier colegio para comprobarlo. O el viernes por la noche mientras los hijos salen.
Yo que no tuve la suerte de conocer a mis abuelos maternos ni a mi abuelo paterno, y solamente unos pocos años a mi abuela paterna, he tenido la suerte de que mis hijos hayan contado con sus abuelos maternos y con su abuela paterna. Mis suegros no es que nos ayudaran solamente con los niños cuando eran pequeños, es que lo siguen haciendo ahora que ya son más grandes. Hoy comerán con ellos y nosotros con unos amigos.
Eso por lo que respecta más a lo material de la ayuda en sí. Luego está el cariño que transmiten a los nietos. Hace años uno de mis hijos dijo la lista de a quien quería más. La primera, su abuela. No me importó. Hoy no me atrevo ni a preguntarle...
Buena semanita próxima a todos.
Un abrazote
Guillermo
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Un tema muy entrañable, y lleno de cariño.
En nuestro caso, trabajamos los dos y mis hijas estaban en casa de mis padres a las 7,45 h, de la mañana, mis padres la llevaban al colegio, las recogían y comían con ellos y otra vez lo mismo por la tarde, hasta que pusieron jornada continua. En una palabra las han criado ellos.
Mi padre murió hace un par de años, pero para mis hijas su abuelo sigue muy vivo en su recuerdo. (...)
Buena semana a todos y no olvidemos a nuestros mayores.
Un beso
Rosario.
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La verdad, estimado señor, que no sé cual es su fuente de inspiración a la hora de escribir en su blog. No sé si se levantó esta mañana, vió a un abuelito y, zas, idea perfecta para escribir. Lo digo porque, quizá, un día se podía dar una vuelta por sus consejerías, antes de que llegué el sábado de turno, y seguro, que saca montones de ideas sobre las que escribir, reflexionar y a lo mejor, intentar cambiar. Obviamente, el tono dulzón y rosa del blog, se transformará en cierto matiz gris y oscuro. y entonces, espero que sea algo más que el político de turno, y sepa decir la verdad.Hoy no voy a enumerar algunas de las cosas que me producen inmenso malestar y arcadas continuas, cuando paseo por las consejerías. Hoy, también, le dedico unas palabras a mis abuelos, van incluidos los cuatro ,como gramaticalmente se expresa la pluralidad de sujetos en español.
Ah, el otro día se publicaba el retroceso de la empresa en Extremadura. No me extraña nada, con ese popurrí que tienen montado y los sujetos y las sujetas sobre las que recae la responsabilidad.
Pero, le tenemos a usted, para alegrarnos a los extremeños y a las extremeñas cualquier sábado con su agudo pensamiento.
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Responsables primordiales de la incorporación de la mujer al mundo
laboral. Si tienes la suerte de tenerlos cerca, acabas siendo su
acompañante en todo. Rejuveneces. Retardas su incorporación a las
guarderías –a partir del primer año no sé si es del todo bueno que no vayan- y estás deseando que salgan, aunque muchos días estés cabreado y cansado.
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(...) Mi madre se hacía cargo de mi hijo cuando me tuve que incorporar al trabajo. Por aquellos días se murio la faraona y se empezaron a recordar sus canciones por lo que mi niño se dormía al son de "pena penita pena" y cosas por el estilo. Y no tiene ningún trauma reconocido.
Le dimos sentido a la jubilación de la señora Francisca (no le dio tiempo a pensar si tenía o no sindrome del jubilado, le solté la criaturita de 8 a 3 de lunes a viernes)
Pero no todo es tan de color de rosas. He tenido muchas discusiones con mi madre por problemas de autoridad con los niños y es que ellos se estaban beneficiando de hacer su santa voluntad arropados por las faldas de la abuela.
Bueno, ese puede ser otro tema ¿Quienes somos los de mi generación? ¿Dónde estamos?
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Mis abuelos no han sido muy importantes en mi vida por circunstancias de residencia, pero los abuelos paternos de mis hijos lo han sido todo para ellos y para mi. No sólo por lo que me han permitido ser, sino por lo que despues me han ayudado para seguir siendo, pues un MIR y unas oposiciones con hijos y sin ayuda es bastante difícil.Yo no he sido tan valiente como Guillermo de preguntar a quién quieren más, con asumirlo me basta. Un poco celoso lo reconozco.
Esta sociedad sin ellos se caería por su propio peso.Debemos darles gracias.Me pregunto si yo algún día seré tan buen abuelo como ellos. (...)
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Efectivamente los abuelos hacen una tarea inestimable en la sociedad de hoy en día. Igual que las personas que cuidan a otras personas con discapacidad. Si se ha hecho una ley para personas con dependencia que apoya a esos familiares que las cuidan, ¿por que no tomar medidas que permitan a los abuelos disfrutar de sus nietos sin la responsabilidad de hacerse cargo de gran parte de sus cuidados y educación?.
Hoy en día escasean las guarderías de calidad (publicas) y muchos abuelos se ven obligados a asumir grandes responsabilidades con respecto a sus nietos.
La solucion es facil: permiso de maternidad durante el primer año de vida (en vez de las 16 semanas actuales) y guardería asegurada desde ese momento hasta la escolarización.
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Hola a todos,
Leo habitualmente el blog pero solo hoy después de leer los comentarios de los blogueros me he animado a escribir.
Casi todos haceis una rememoración de vuestros abuelos, muy tierno. Soy una persona de lágrima fácil y me llegan vuestras historias pero quizás Guillermo quiere otra cosa. Seamos más combativos, más activos, más críticos. Es un lugar propicio para hacerlo.
Por mi parte, creo que está clara la situación que nos propone el Presidente, la conciliación de la vida familiar y laboral depende hoy de los abuelos y sobre todo de las abuelas. Es el caso de mi madre que está criando a mi hija de 7 meses y cuida de mi abuela. De parte de mi madre: "haga algo porque las abuelas de hoy, puedan ser cuidadas dentro de unos años como se merecen". Ahora la sociedad se sujeta en una generación de mujeres amas de casa, dedicadas a su familia. Las mujeres de hoy estamos fuera y no podemos ocuparnos de nuestros hijos. ¿POdremos dentro de 10 años ocuparnos de nuestros hijos y de esos abuelos que tanto nos ayudan hoy?
Sr. Presidente, nunca escuché a una madre campesina quejarse del trabajo que le daba la crianza de sus (tres, cuatro) hijos. Continuamente veo el hartazgo de las madres trabajadoras de ciudad. No tienen tiempo ni para hacer la compra.
Porque en el campo era el menor de los trabajos. Los hijos se criaban entre ellos, brincando por la naturaleza. Todo el día fuera de casa.
Todo el día en una casa, el niño de ciudad. Siempre entre cuatro paredes. Las de su habitación, las de sus abuelos, las del aula, las de las actividades escolares. Encerrado (las plazas y jardines donde se jugaba al fútbol se han convertido en aparcamientos). Y como todos los encierros, carísimo. Por el precio, el no aprender a jugar (libremente).
Moverse entre esas habitaciones es su vida. Sale, va a la escuela, y vuelve por el piso de los abuelos, pues los padres trabajan todavía. La familia expande su horario con los allegados (abuelos o tíos) para reunir un (escasísimo) tiempo entre todos. La familia, última reserva de los pobres en los malos tiempos.
Ahora también de la clase media ciudadana que (aunque tenga un buen trabajo), adopta las mismas tácticas de supervivencia. Porque vive en un extenso erial de cemento con comunicaciones imposibles. Otra señal de empobrecimiento de los del medio del bocadillo. La reclusión de hijos… y abuelos (guardería familiar, de 9 a 19 h.).
No es malo para los niños. Lo es para los padres (confinados también en oficinas improductivas), y para los abuelos-sustitutos, que tienen que adaptarse sobre la marcha a la nueva figura (emergente): abuelo-padre-profesor (agotado) para todo.
La solidaridad familiar impuesta por las necesidades de los poderosos no es un mérito. Es una esclavitud. Como cuando (a cualquier hora del día) tocaba la sirena de las conserveras de los catalanes, y las trabajadoras gallegas (que tenían que vivir pegadas a la fábrica, para oírla y acudir rápido) también dejaban a sus hijos con los abuelos, para ir a ganar un jornal y poder darles de comer. Avanzamos… de nuevo, en esa dirección. Un día de estos nos dan un premio.
Un saludo a todos.