1/4/08

La Justicia, la española. Los asesino, los locos. Los delitos y las penas

domingo 30 de marzo de 2008

Felicidades por los 100. Delitos y penas

FELICIDADES a todos. Hoy cumplimos 100 citas en esta Plaza.
Con ocasión de algunos casos, ahora se reproduce con el de la pequeña de Huelva, se plantea el tema del cumplimiento integro de las penas o de la cadena perpetua. Se vierten comentarios y posiciones. Hay dos cuestiones que creo necesario separar. Una la jurídico-legal que nace del espiritu y la letra de la Constitución. Y que tiene como base la reinserción. Otra la puramente social, la que nace del reproche de los ciudadanos hacia aquello que no puede entenderse desde la racionalidad, pero que debe enmarcarse en la respuesta de la sociedad.
Ayer estuve presente en una charla entre amigos y surgió este tema. Resulta difícil conciliar sentimientos con decisiones. Como contestaba alguna madre presente a algunos de mis argumentos..."eso vas y se lo cuentas a la madre de la niña".
Es un tema de reflexión serena. (...)

Buena semanita.
Un abrazote grande.
Guillermo

rosa roja dijo...

(...) Sobre el caso de la pequeña Mari Luz ese poder que es la presa, radio y TV, nos lleva a conocer las carencias de la administracion de justicia, no me cabe en la cabeza que un pederasta ¡¡no presunto!! sino condenado en firme por dos condenas de dos y dos años y medio cada una esté en libertad y pululando por los programas de Television haciendo declaraciones y ademas segun tengo entendido por los medios de comunicacion se presentaba en los juzgados cada quince dias.
¿Que pasa con el sistema?, ¿no estamos en la era de la informatica?,¿porque no existen mecanismos que automaticamente que un condenado no cumple su pena se pueda detectar?, ¿creeis que un juez titular de un juzgado puede decir publicamente que la culpa la tiene una funcionaria de baja?, mis respetos señoria pero el titular es Ud., comprendo que pueda haber falta de medios pero nunca de responsabilidades, creo que esto no es firmar una sentencia y que ahí se queda.
Espero que el caso de la pequeña de Huelva sirva para que casos como este no se produzcan mas. (...)

Raimundo dijo...

Sr. Presidente: “¿Qué hacer con los enfermos que matan?”.
Se preguntaba, al igual que Ud., Bonifacio de la Cuadra (El País, 03-03-1996), a cuenta de casos como el del Arropiero (ver Wikipedia) que pasó 20 años en “hospitales psiquiátricos penitenciarios”, sin ser juzgado. Fue el peor “serial killer” conocido en España. El crimen inevitable, el que está en el cerebro, hasta que la medicina lo cure.

El caso de la niña Mari Luz es una muestra de incompetencia criminal. Y como tal debe ser juzgada. Y juzgado el juez del caso, el máximo responsable. Veremos.

El trasfondo es el de la indefensión. Veamos.

Una vez capturado el criminal demente, como “sabemos” que no dejará de matar, hay que juzgarlo, y “encerrarlo” hasta que “sepamos” que su cerebro está curado (tb. pederastas, maltratadores, etc.). En algunos casos (Arropiero), esto supondrá la cadena perpetua. En un “hospital psiquiátrico penitenciario”, lógicamente, acabada la condena. No podemos “saber” que un hombre va a matar, y no hacer nada. Seríamos cómplices de esa muerte. Como lo es el PNV cuando mira para otro lado tras un asesinato político.

Y el crimen evitable (en el que inciden varios comentarios). Curiosamente, no se le concede al criminal loco el clima de resignación y el alto grado de indefensión de la víctima, que benefician al crimen social (prostitución, drogas, blanqueo). El de las mafias, el que mueve el 5 % (o el 20% según otros) del PIB mundial. Un investigador de la BBC lo ha estudiado (ver Misha Glenny, La Voz de Galicia, 28-03-2008), y es espeluznante. Y aceptado. Lo peor.

Porque algo se puede hacer con la prostitución (“Amberes protege a sus prostitutas de las mafias y proxenetas”. El País, 14-02-2008).

Con las drogas, medicalizando al adicto. Si “sabemos” que es un enfermo, se le trata como tal, y se le saca de las manos del “camello”.

Y contra el blanqueo de dinero(la causa última de tanto sufrimiento consentido), ahogando los paraísos fiscales (Guillermo de la Dehesa: La gran ventaja de un mundo sin dinero en efectivo. El País, 13-10-2007). Hace falta algo más que un CSI. Si se quiere.

Un saludo a todos.

Anónimo dijo...

Soy sanitaria y hace algunos años, en un pueblecito de Cáceres y en una revisión rutinaria, descubrimos unos desgarros vaginales impresionantes en una niña de 9 años. La madre sólo hablaba portugués y como yo lo entiendo y lo hablo perfectamente, conseguí que , entre lágrimas y perdones, nos contara que su marido y su hermano estaban violando a cuatro de sus cinco hijas desde pequeñitas. Denunciamos el caso, follón, forenses que comprobaron los daños tan inmensos de aquellos cuerpecitos inocentes, declaraciones, amenazas del individuo cuando nos encontramos en el Cuartel y una cantidad de angustia que no os podéis imaginar.

Conclusión: los niños en un centro de acogida y cuando se celebra el juicio la madre dice que todo es mentira y que el culpable es un pastor que se ha ido para Portugal, los niños vuelven a casa, su padre, que es un auténtico pederasta viven con ellos y cada vez que me lo cruzo, cuando nadie le oye me dice que cualquier día acabará conmigo o con mis hijos.............

ME AVERGUENZA SER ESPAÑOLA Y NUNCA VOLVERÉ A DENUNCIAR UN CASO COMO ESTE, PUES NO VOY A ARRIESGAR MI VIDA Y LA DE MIS HIJOS PARA QUE LA JUSTICIA SE BURLE DE MI...NUNCA!.... ES DURO, PERO ES VERDAD.

Por las calles del pueblo de al lado, ya se está paseando los fines de semana y en vacaciones, el individuo que mató a su mujer a cuchilladas hace seis años y que obligó a sus hijas, con 10 y 5 años, a limpiar la sangre de toda la casa y decir que se había suicidado....

JUSTICIA????????....JA,JA,JA.......

El correcaminos dijo...

Hay que distinguir dos aspectos de la Justicia, por un lado el Derecho y su aplicación, y por otro la gestión. En cuanto al Derecho, personalmente a veces comparto la sensación de que las penas establecidas en nuestro Código Penal para los delitos nos puedan parecer leves y que no cumplan el fin de la persuasión, pero ese es, digamos, el precio que hay que pagar por vivir en un estado social y democrático de Derecho, en el que las penas deben ir orientadas a la reinserción y a la reeducación; esto no tiene vuelta de hoja, está en la Constitución (norma suprema). A partir de ahí siempre que busquemos respuestas hemos de preguntarnos si tal o cual pena es compatible con la reeducación o con la reinserción del delincuente. Veremos que ninguna de las penas más duras utilizadas desde la época preconstitucional para atrás supera esa criba. Esto es materia de juristas (yo no lo soy) y hay mucho escrito sobre ello.

Otra cosa es la gestión de la Administración de Justicia. Aquí tengo que decir que en España se utiliza el modelo creado tras la Constitución de 1812, apuntalado con muchas reformas. El fondo del problema es ese precisamente, que el sistema estaba diseñado para aquella época y para volumen de trabajo muy pequeño, pero no soporta el incremento exponencial de litigios que se ha experimentado y la complejidad de la vida moderna. Ello ha derivado en una justicia rancia, cara, esotérica e intimidante a los ojos del ciudadano, además de clasista. Podría llenar folios de todo esto, pero es un rollo, así que expondré sólo unas cuantas ideas. No existe organismo o empresa en la que por cada equipo de 10 ó menos personas (un juzgado), dos sean equivalentes a Grupo A (juez y secretario), tres del Grupo B (gestores) 4 del grupo C (tramitadores) y uno del grupo D (Auxiliar), a lo que hay que añadir la cuota de fiscal y médico forense. Un juzgado es carísimo y sus integrantes sólo pueden desarrollar su trabajo en el mismo, de forma que en algunos sitios sobra gente y en otros falta, con las graves consecuencias de retraso que ello conlleva, y la rigidez del sistema impide una solución rápida. Sepan que en esta administración hay sobre un 20 % de personal interino, osea, muchísima gente, y sólo una pequeña parte tiene experiencia, por lo que la gran mayoría llega a los destinos sin la más mínima idea (no es culpa de ellos) a tramitar procedimientos, de forma que es peor el remedio que la enfermedad. Piensen que cuando un juzgado necesita un incremento puntual de plantilla por padecer atraso, se nos ofrece a los funcionarios la posiblidad de participar al precio aproximado de 8 euros la hora (hablo del cuerpo de Gestión /Diplomados), para tramitar expedientes de dominio, subastas, declaraciones de herederos, preparar la documentación para los Registros de la Propiedad, tramitar procedimientos penales, etc; y claro decimos que no vamos. Ahora el plan de ayuda para mitigar el fracaso escolar que ha pensado la Junta prevé pagar a los profesores la hora de refuerzo a 40 euros la hora (y tampoco lo aceptan por diversos motivos). La Administración de Justicia actual es una fábrica de desmotivados; todo gira en torno al juez y al secretario, ellos tienen incentivos salariales y los funcionarios no (es como si las primas sólo las cobrasen los delanteros ... infumable). Jueces y secretarios tienen atribuidas unas funciones para cuyo cumplimiento necesitarían que el día tuviese el doble de horas, pero no pasa nada, está todo pensado, lo hacemos los funcionarios y ellos lo firman (como ha sucedido siempre desde el principio). Claro, luego ellos son los responsables de todo (como va a ocurrir en el desgraciado caso de Huelva); algunos se quejan en privado, pero se les olvida a final de mes. Los funcionarios atienden al público, sacan el papel, adoptan decisiones para salir del paso y agilizar los procedimientos, utilizan las bases de datos de otros organismos (Hacienda, Tráfico, TGSS), controlan los plazos, etc., sin reconocimiento y con sueldos mediocres. El trabajo en los juzgados es apasionante pero muy complejo y la responsabilidad no puede dejarse en manos de dos personas, una de las cuales, el juez, ya tiene bastante con resolver los asuntos, y la otra, el secretario, necesita echar demasiado tiempo en el control de la cuenta del juzgado, la estadística (se hace a mano) y en asistir a los jucios (cuando estos se graban). La Administración de Justicia es algo así como un cuerpo con mucha cabeza y sin columna vertebral, me lo dijo un amigo que trabaja en Hacienda; allí eso no ocurre. Hace falta incentivo, promoción y control efectivo del personal, más medios, redefinición y redistribución de funciones, simplificación de los procedimientos judiciales, un sistema ágil de vigilancia y ayuda a los órganos con retraso... Finalizo diciendo que los políticos llevan lustros hablando de la necesidad de la reforma de la Administración de Justicia pero los pasos se van dando muy lentamente. Apunto causas que se nos ocurren a los que trabajamos en esto: es necesario poner el cascabel a gatos muy gordos; si se mejora la justicia necesariamente aumenta la litigiosidad, lo cual tampoco es bueno; estadísticamente la administración de justicia es utilizada por el 25 % de la población, compárese con sanidad, educación, medios de transporte.
Lamento la perorata, pero creo que es necesario que se abra un debate en la sociedad sobre la Administración de Justicia.
Por supuesto acepto críticas, a ser posible constructivas.

BOF ! dijo...

Hola a todos
El momento de plantear este duro y comlejo tema, puede encender algunas propuestas lejanas en el tiempo e incluso anacrónicas, pero sí creo que hay que revisar al menos, dos temas fundamentales: la ley del menor, ya que se ve cada vez más que el corte de edad permite una cultura nefasta para la delincuencia, y otra los cumplimientos sin redención de pena para violadores, pederastas y terroristas. Creo que son dos elementos de debate sereno e interesantes que deben huir de dramatismos futiles y maniqueos comportamientos.

MARIBEL JIMÉNEZ dijo...

Entonces, si hay unos que son reinsertables y otros no, podría ser que deban ir estrechamente unidos tanto el sistema sanitario (psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, médicos...), y el sistema judicial; para que sea posible un estudio minucioso y un trabajo eficaz y bien realizado para que estas reinserciones o readaptaciones a la sociedad, sean en lo máximo, posibles; si lo fueran... Y donde no hay posibilidad, buscar alguna solución para esos enfermos que han perdido el norte. Hacer residencias, hospitales, centros de día y noche, casas de acogida para el control de estos enfermos; si sus familiares no pueden hacerse cargo de ellos.

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