3/11/07

No hay igualdad si no se puede parir

Chico-chica

"Os sugiero que me deis vuestra opinión sobre los pasos dados en nuestra sociedad en el camino de la igualdad entre hombre y mujer." (El cuaderno de Guillermo Fernández Vara, 21-10-07)
Raimundo dijo...

Sr. Presidente:
Me centraré en un aspecto, la mujer en la incipiente sociedad de la información. Veamos.
En la sociedad industrial actual de producción en masa (fordista y ya moribunda), la mujer no tiene reconocimiento social (gana menos a igual trabajo); está discriminada (hay trabajos a los que no puede acceder); y se penaliza el tiempo de crianza (se la despide si queda embarazada). Resultado, la mujer ha protagonizado una “huelga de nacimientos” sin precedentes. El futuro de Europa (y especialmente de España) estuvo a punto de arruinarse debido a esa huelga. La inmigración lo impide… de momento. Es lo que hay, un desastre a evitar.

Para dar el salto desde ese fordismo a la globalizada Sociedad del Conocimiento (y son notables los esfuerzos extremeños en ese sentido), es imprescindible el concurso de las mujeres porque son quienes mejor se adaptarán a las nuevas estructuras blandas, no jerárquicas.

Seguramente los mejores investigadores, comunicadores o coordinadores en red serán mujeres. Pero ¿Cómo van a poder liderar esa sociedad emergente si un embarazo se lo impide?

La sociedad del conocimiento es aquella en que la industria personaliza la producción, el trabajo y el tiempo, para que se adapte a las necesidades de las personas (de todos, consumidores/as y trabajadores/as).

Y sus futuras trabajadoras lo que necesitan personalizar urgentemente es su currículum laboral, de modo que contemple la probabilidad de ser madre. Hace falta elaborarlo pensando en hacer compatible la carrera profesional con parir.

Normalmente, entre los 20 y los 30 años, dedicarán varios años a criar uno o dos niños, a transmitirles cultura. No deben ser penalizadas por ello. Al contrario, el currículo debe recompensarlas ¿Con qué? Con formación. En esos años deben seguir actualizando su preparación, de modo que al acabar ese periodo de crianza, se reincorporen al trabajo a tiempo completo con un horizonte laboral más amplio que antes.

Ese período de “cinco (o cuatro, o seis) años de oro”, el tiempo de crianza, debe ser una época de ascenso o diversificación profesional para las trabajadoras.
Hace falta elaborar un programa laboral específico para esos años, que contemple el derecho a la formación continua de las madres, con cursos de actualización, contratos a media jornada, o la opción del teletrabajo, etc., que les permita seguir compitiendo ventajosamente, en una sociedad que valora la puesta al día profesional por encima de todo.

El reconocimiento del derecho a disfrutar de un periodo de crianza/aprendizaje en la carrera profesional de todas las mujeres por instituciones y empresas, les concedería a éstas una clara ventaja competitiva, puesto que atraería a gran número de investigadoras, gestoras, comunicadoras, etc, en busca de calidad de vida, de poder descansar, dormir, en esos años.

Un saludo a todos.

Nuria dijo...

Si me comparo con mi madre, sólo una generación...la diferencia es como de la noche y el día. No soy mejor, soy distinta. Mi vida, mi pensamiento, mi formación, mis oportunidades, mi mentalidad , mis actividades son opuestas...Y la generación de mi hija ... es distinta a la mía. Esto progresa adecuadamente... 22 de octubre de 2007 0:17

yonotengoblog dijo...

Lo cierto es (no sé si demasiado pronto o no) que desde algunos foros y blogs impulsados por "chicas" se empieza a hablar de cierta incomodidad con la paridad impuesta y con eso de las cuotas. Hay quien habla incluso, manifestando su desacuerdo, de la "cuota tetas". Yo creo que se sienten (como es verdad) y son conscientes (como es más verdad)de que las capacidades no tienen sexo y empiezan a pensar que las cuotas quizá hasta les perjudiquen. 22 de octubre de 2007 16:53

Anónimo dijo...

De todos modos la diferencia no es Hombre/Mujer, sino Madre/No Madre.
TERESA. 22 de octubre de 2007 22:22

Comentario a Anónimo: Anónimo tiene razón, y resume en tres palabras mi largo comentario. El problema es ser madre trabajadora en una ciudad (en el campo, las madres campesinas no se han quejado del trabajo de criar). En las ciudades grandes no parece que sea ya posible una solución, pero en las pequeñas, en las extremeñas, se puede criar si se expulsa al coche de sus calles, para que jueguen los niños en ellas.

carlos db dijo...

¿que sentido tiene obligar a mantener una cuota que oblige a la presencia de hombres?...
22 de octubre de 2007 22:53

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