12/3/09

El Arropiero

viernes 6 de marzo de 2009

Cadena perpetua

Con ocasión del fallecimiento de Marta se ha vuelto a plantear, por parte de sus desconsolados padres, el cumplimiento completo de las condenas y han surgido otras voces solicitando una vez más la cadena perpetua. En primer lugar y recordando, antes que nada, a todas las que mueren y sufren maltrato por haber nacido mujer, debemos recordar la función de reinserción y rehabilitación de la pena, base constitucional del derecho penal y penitenciario. ¿Puede el delincuente con delitos tan graves como los de asesinato o violación tener una segunda oportunidad? ¿Puede volver a tener una vida en libertad aunque privó de la libertad en la vida a su víctima? Poniéndome en la piel de las familias uno puede entender las posiciones que se defienden con ocasión de una tragedia. Pero uno debe mantener su criterio. El mío es que una muerte, y otros delitos, no se "pagan" nunca, ni con 10 años ni con 100. En cambio, la posibilidad de la rehabilitación te hace mantener la esperanza en que no estamos predeterminados. Lo contario sería reconocer que no existe la esperanza. Es difícil convencer de ello a unos padres que han perdido a su hija.
FELICIDADES a todas las mujeres del mundo para el domingo.
Un abrazote
Guillermo
Raimundo dijo...

Sr. Presidente, la percepción social de las condenas penitenciarias cambió en estos últimos años. A peor.

Primero, con las series de televisión americanas sobre asesinos en serie (todas las policíacas, casi todo lo que vemos)

Siguió con el indignante proceso De Juana Chaos (solamente este caso es suficiente para cambiar cualquier percepción), y se formalizó con el recibimiento en Moncloa de padres de niños asesinados (los que salieron por televisión). Cosas de Zapatero.

El culpable es un sistema judicial desastroso (o sea, el Consejo del Poder Judicial). Como éste se dedica a silbar, la sociedad se ve en la obligación de decidir, en el diván de Zapatero.

Es el caso del Arropiero . En contra de todas las normas, funcionarios responsables lo mantuvieron encerrado toda la vida.

Es que sino, serían culpables de los crímenes que cometiera tan pronto se le pusiese en libertad. Porque no hay cura en estos casos (y en varios tipos de violadores y de pederastas).

Solución: creo recordar que en alguna ley, o proyecto, se hablaba de crear hospitales psiquiátricos penitenciarios, en los que criminales en serie, etc., los reclusos de reincidencia segura, entrarían al cumplir su condena.

Bajo observación médica, hasta que se esté seguro de su curación.

Una solución médica, allá donde lo penal no alcanza (ni debe).

Un saludo a todos

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Raimundo:
Te agradezco enormemente tus palabras en el blog de Guillermo sobre los toros.
Las considero plenamente acertadas y comparto la forma de entender la vida que late en ellas.
Muchas gracias, otra vez.

Anónimo dijo...

El toro: ¡Atroz sentencia!
Ayer el aire, el sol; hoy, el verdugo...
¿Qué peor que este martirio?
El buey: La impotencia.
El toro: ¿Y qué más negro que la muerte?
El buey: ¡El yugo!

Rubén Darío.