23/3/09

Enfermedad social, enfermedad del hombre

sábado 14 de marzo de 2009


Pasión por vivir



Anoche estuve en una cena muy especial para mí y para los que allí estuvimos. Era el X Aniversario de la Asociación Oncológica de Extremadura. No brindamos para salir de la crisis cuanto antes, lo hicimos por la vida, por vivir, por los que luchan, unimos nuestros pensamientos y nuestras reflexiones alrededor de la palabra "vida". La Presidenta, Isabel Rolán, me dijo una frase que lo resume todo. "De pronto un día te dejan de importar la mayor parte de las cosas que no debieron importarnos nunca, para centrarnos en las importantes de la vida". Estuvieron por allí miembros de la asociación, personas que ganaron la batalla, que la están librando, médicos, enfermeros, empresarios, trabajadores, amigos. Tuve la oportunidad de echar un rato con unos chicos extraordinarios como Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante, Alberto Amarilla y Pedro Piquero. Extremeños que triunfan en los toros, el cine, la televisión y la música. Estaba algo cansado después de toda la semana pero me hubiera quedado allí toda la noche. Esta mañana me levanté temprano. Me acordé de muchas de las caras y me entraron muchas ganas de salir corriendo a decirles a cada uno de ellos que son el mejor ejemplo de lo que hay que hacer en estos momentos, luchar y ponerle pasión a la vida.
Mi recuerdo aquí para Manolo Caballero, un joven de 38 años, padre de familia, Gerente del Hospital San Antonio de Don Benito que falleció ayer repentinamente. No coincidíamos políticamente, pero compartimos trabajo en mi etapa de sanidad y siempre me pareció una buena persona.
Un abrazote
Guillermo
Raimundo dijo...
Sr. Presidente, quién haya tenido una operación seria, una enfermedad grave, lo sabe. La felicidad rutinaria del día a día, se diluye por el desagüe. La burocracia del vivir se funde.

Como se olvidan las pequeñas luchas sociales por las migajas de nuestro trabajo, cuando se oye el rumor de la crisis, del paro.

Todos despertamos a lo que se sabe. Cambia el contenido de las palabras. Amigo deja de ser cena del viernes noche. Hermano deja de ser un telefonazo al mes.

Trabajo deja de ser sueldo mensual. Pasa a ser el derecho a existir.

Lo que dábamos por hecho, la costumbre de sentir lo mismo, desaparece… Se despierta la inteligencia, el reflejo de buscar explicaciones, salidas… Una iluminación interior que desata el destino.

Como las revoluciones, que no surgen del odio, de la necesidad, sino de la clarividencia. Como la curación.

La de no comprender, de pronto, porqué los coches eléctricos no circulan desde hace años por las carreteras.

Darse cuenta, vertiginosamente, de que si hubiésemos acabado con el hambre, nuestro futuro estaría asentado por el de los hambrientos, por relaciones equitativas entre todos… y estables.

Los que te rodean son los que te curan. Cualquier enfermedad.

Saber, de un mes para otro, que el cambio climático puede barrernos, que nuestro tamaño depende del de los peces.

Y de un presidente para otro, que las escuelas son la base de la prosperidad. No el enriquecimiento absurdo de los banqueros.

A destiempo. Sentir que no hemos disfrutado. Porque no éramos libres del todo. Por los olvidos… de los amigos, de los peces, del hambre.

¿Nos curaremos?

Un saludo a todos. También a los sanos, que no saben.

No hay comentarios: